Del 17 al 2018.
El presente año nos trajo una época política
intensa, donde a final de cuentas estábamos por el continuismo de la década
gastada y un candidato que no supo capitalizar el rechazo al desperdicio de
gobierno anterior y lo único bien que hizo, es caerle mal a todos quienes
intentamos soportar su pésima campaña liderada por bucaneros que pretendían, a
más de engordar sus intereses, engordar sus egos ya inflados, aún a costa del
desprestigio de su propio candidato y mecenas.
Ganó el continuismo, o al menos quien detentaba el
poder anterior así pretendió que sea, sin embargo en un viraje de timón que nos
tomó a todos por sorpresa, se enrumba al nuevo País, por senderos que se ven,
al menos en perspectiva, más interesantes y prometedores para todos los
compatriotas.
Traición dirán los esbirros, sin embargo considero
que el camino que se está tomando aunque sea duro y que necesita del apoyo
sacrificado de todos, presenta en un horizonte lejano una mejoría para el
Ecuador, algo que fue totalmente cerrado y oscuro, durante la década donde se
dilapidó nuestros dineros de una manera escandalosa y de lo más despreciable.
No es de alegrarse en absoluto el tener un
vicepresidente electo tras las rejas y varios ex colaboradores directos del
presidente anterior en la misma condición, sin embargo para muchos, es el
inicio de que paguen sus culpas los que sumieron a nuestro país en el caos que
estamos actualmente, y que le tocará el nuevo
gobierno, rearmar y acomodar la mal llamada “mesa servida” que nunca existió.
Estamos a puertas de un proceso electoral directo
que es la consulta popular, a la cual personalmente diré SIete veces SI, porque
es la única manera de desarmar el andamiaje de corrupción que dejó instaurado
el anterior mandatario y con el cual, aun trata a manotones de ahogado influir
negativamente en el desarrollo del país que estaría por venir, si se dan las
cosas de una manera prudente y adecuada.
Se nos vienen también las elecciones seccionales
para inicios del año 2019 y estoy plenamente convencido que el modelo exitoso
de nuestro alcalde Jaime Nebot, que fue motivo de burla por envidiosos
incapaces de administrar los dineros públicos eficaz y honestamente, en caso de
él no poder continuar al frente del Cabildo Porteño, tendría permanencia con
una mujer que ya ha demostrado su amor por Guayaquil y por la Patria.
Guayaquil seguirá siendo bien representada, las
bases sólidas que dejaría, en el supuesto no consentido de no poder continuar,
nuestro alcalde Nebot, perdurarán en el tiempo, los guayaquileños ya nos hemos
acostumbrado a más de 25 años de excelentes administraciones edilicias y no
permitiremos que bellacos de la política, con protervos fines personales, osen
mancillar el gran cambio que tanto nos costó crear de la nada, iniciado en
agosto del 92 del pasado siglo hasta la presente fecha.
Sigo percibiendo un prometedor porvenir para mi
Ciudad, los corruptos e incapaces están donde les corresponde, aunque uno que
otro siga brincando de canal en canal extranjero repitiendo el mismo cansino y
aburridor disco rayado, los guayaquileños ya no comemos cuento, hemos sido
formados a través de más de cinco lustros de excelentes administraciones
municipales y líderes para luchar, trabajar y defender lo que nos corresponde
por ley y por derecho, así que veo muy distante que cantos de sirenas o cantos
de monjes dobleguen nuestra voluntad huancavilca, de seguir siempre para adelante,
buscando un presente y un futuro mejor para nuestra generación y las venideras;
así pasaremos con muy buen ánimo del 17
al 2018.