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Un programa económico debe tener una visión de conjunto, de la forma como funciona un mecanismo de relojería. No es tarea sencilla ni perfecta, pero si se parte del principio que el ajuste fiscal debe trasladar la actividad productiva al ámbito donde pertenece, el sector productivo, se puede empezar a pensar con claridad.



Otro punto es que la función del Estado es, precisamente, la de fortalecer la institucionalidad que defienda la libertad de intercambio de gente libre, en condiciones de vigorosa competencia.



Lo que observamos es iniciativas aisladas, tardías, en muchos casos equívocas, que apuntan hacia el equilibrio fiscal como la causa de la recuperación económica y no como la consecuencia de ésta.

Estamos embarcados en un proyecto económico recesivo. Con eso no solucionaremos el problema del pobre desempeño económico.