El iluso caballero
Desde hace 400 años, hay un caballero andante en la literatura mundial
que, de hecho, no lo es: Don Quijote de la Mancha, el Caballero de la Triste
Figura, que vive aventuras donde no las hay. Toma a molinos de viento por
gigantes, rebaños de ovejas por ejércitos enemigos, toneles de vino también por
gigantes, posadas por fortalezas y a una sencilla campesina por su distinguida
señora. Don Quijote es víctima de su pasión literaria, de su exagerada afición
por leer novelas de caballería. Todos los niños conocen al menos uno de sus
numerosos episodios; enfrentarse a molinos de viento, por ejemplo, existe hoy
en día como expresión. Pero ¿qué hace a esta novela, supuestamente cómica y de
más de 1000 páginas, estar considerada no sólo como la obra maestra de la
literatura española, sino también haber sido confirmada como mejor novela del
mundo por el instituto Nobel en 2002? Son sus distintos niveles de narración,
relacionados entre ellos de forma magistral y de entre cuyos renglones se
desprende cierta sabiduría, junto a una acertada parodia y el monumental
inventario de temas y de personajes lo que convierten a la obra de Cervantes en
novela universal en el mejor de los sentidos. Don Quijote fascina
a toda persona dotada de fantasía, que se evade con libros o películas, si bien
la obra muestra al mismo tiempo lo cómico que puede llegar a ser esta forma de
huir del mundo.
El Ecuador se encuentra enfrentando su peor momento de la vida, desde el momento en que creyó en Correantes y siguiendo su ideal, nos engaño e implanto su ideal que se tradujo: En robar y robar mientras fingia que al pueblo le daba obras.
Pronto encontró a muchos más muchos que creyeron que el ejemplo de correantes y utilizar la armadura oxidada de algún ancestro olvidado y montando un pobre (mula que una vez que sirvió, fue puesto en carcel) caballo flaco y arruinado al que bautiza como Rocinante.
Un mal cálculo lo llama al cuantico que mal pagado, según su versión, pero odiando a don Vidrio, le encarga el poder, sin darse cuenta que este ¿tonto útil? iba a entorpecer su "ideal".
El Caballero de la Triste Figura, casado con una dama de amplias relaciones y buenas conexiones, y pasa de ser un "sapo más" que obtiene una gran enorme fortuna desde un banco (En cuanto al origen de la palabra banco, se sabe que es el derivado del nombre del mueble que utilizaban los cambistas italianos –un simple banco- al igual que lo usaron los trapezita en la antigüedad). Los trapezitas eran los banqueros en la Antigua Grecia. Su nombre proviene del griego antiguo τράπεζα (trapeza), la mesa detrás de la que estaban en las tiendas, a veces destinadas a otro tipo de actividad comercial, pero muy a menudo a las transacciones bancarias.
Los bancos más importantes eran los grandes santuarios, donde los sacerdotes hacían fructificar el dinero que recibían en depósito de acuerdo a los préstamos concedidos a los particulares y a las ciudades. El santuario de Olimpia era el banco del Peloponeso, el de Delfos el de las ciudades de la Grecia central, y el de Atenea Pártenos concedía préstamos a Atenas.
Y el humilde y servicial "Sancho Panza", genio del engaño se coló en el grupo de los grandes asaltantes y da su primer golpe; escondiendo su mano y jugada por correr tras tirar la piedra. Su máxima habilidad es engañar al bigotón e igual que, como el héroe cervantino, antepone sus ideales a su conveniencia y obra de forma desinteresada y comprometida en defensa de causas que considera justas. Procede abyectamente y engaña a demasiadas personas.