El ataque terrorista ocurrido en Perú y que provocó 16 muertos en una zona rural vuelve mostrar el miedo que pueden causar los remanentes de la guerrilla de Sendero Luminoso. Además de lo que podría significar en medio de un país polarizado que debe acudir a las urnas para elegir presidente entre derecha e izquierda, el 6 de junio.

Esta masacre fue atribuida a ellos por las Fuerzas Armadas. Una versión que algunos sobrevivientes de la matanza no se atreven a refrendar.

La masacre ocurrió el lunes en la madrugada en un bar de una aldea del municipio de Vizcatán del Ene, ubicado en el corazón del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), la principal zona de producción de cocaína de Perú y el reducto de los remanentes de Sendero Luminoso, que operan como socios y guardaespaldas del narcotráfico, según EFE.

El atentado ha sacudido la campaña electoral de Perú entre Pedro Castillo (izquierda-extrema izquierda) y Keiko Fujimori (derecha populista), quienes han condenado la masacre y han prometido tomar acciones para acabar con el terrorismo, la violencia y el narcotráfico en el Vraem.

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Fujimori, quien va abajo en las encuestas, dijo que hay que ir a votar para defender los intentos de desestabilización.

“Los grupos terroristas lo que buscan es paralizarnos, es generarnos miedo, y nosotros no debemos permitirlo”, apuntó Fujimori.

En tanto, desde Perú Libre, partido de Castillo, también condenaron el hecho y añadieron que “los crímenes ad portas de las elecciones en esta zona lamentablemente se están convirtiendo en una tradición con claros objetivos políticos a favor de la derecha”.

La candidatura de Castillo ha sido señalada en los meses pasados por tener cercanía con el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), que medios peruanos califican como el brazo político de Sendero.

Sin embargo, Castillo ha dicho que si quiere el presidente Francisco Sagasti puede mandar a investigar a él y a su partido, para demostrar que no tienen relación con grupos terroristas de este tipo, recoge el diario peruano La República.

José Luis Gil, exmiembro del Grupo Especial de Inteligencia del Perú, dijo al medio Perú21 que la intención del ataque es “interferir en las elecciones nacionales, amenazando a los ciudadanos para que voten nulo o blanco o que no voten por Keiko Fujimori, con lo cual están induciendo a que voten por Castillo”.

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Aunque añadió que “esto realmente daña a ambos candidatos porque levanta más sospechas por los dos lados. Sendero vive del caos y este caos les conviene”.

Pedro Castillo y Keiko Fujimori se enfrentarán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Foto: Reuters

Las Fuerzas Armadas dan por seguro que la matanza es una “limpieza social” a cargo del Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), nombre con el que se autodenominan los herederos de Sendero Luminoso, ya que en el lugar de los hechos reportan haber hallado una nota de este grupo.

En la octavilla esta organización reivindica la necesidad de limpiar Perú de “prostíbulos, homosexuales, lesbianas, drogadictos e individuos indisciplinados”. En ese mismo papel llamaban también a no votar en las elecciones peruanas del próximo 6 de junio, cuando se celebra la segunda vuelta presidencial, y tildaban especialmente de “traidores” a los votantes de la candidata fujimorista.

Aunque es habitual que los remanentes de Sendero Luminoso cometan atentados poco antes de cada elección presidencial, sus objetivos habían sido siempre en las últimas ocasiones militares y policías, mas no población civil como en esta vez.

El único precedente similar ocurrió en marzo último, cuando los narcoterroristas masacraron a cuatro miembros de una familia en un poblado de la sureña región de Ayacucho, presuntamente en venganza por la muerte tras un enfrentamiento con militares del número dos de la organización, Jorge Quispe Palomino (camarada Raúl).

Sin embargo, testigos y sobrevivientes a la masacre entrevistados por el portal Ojo Público no se atreven a refrendar que los autores fueran los narcoterroristas.

Según los testimonios, en el lugar irrumpieron al menos tres hombres armados con fusiles en el pecho que comenzaron a acribillar sin mediar palabra, vestidos de civil, sin ropa militar o prendas negras como las que suelen llevar los miembros del autodenominado MPCP.

Buscado

El autodenominado Militarizado Partido Comunista está liderado por Víctor Quispe Palomino (camarada José), el último sobreviviente de los tres hermanos a cargo de esta facción de Sendero Luminoso financiada por el narcotráfico.

Se desconoce con exactitud cuántos hombres están bajo su mando, aunque los militares estiman que son entre 100 y 200, con su centro de operaciones en el Vizcatán, un núcleo de selva montañosa de muy difícil acceso ubicado en el centro del Vraem.

Del Vraem, cuyo territorio abarca parcialmente cuatro regiones del sur de Perú, sale aproximadamente el 70% de las 411 toneladas de cocaína que son exportadas desde el país principalmente a Estados Unidos, Europa y Brasil.

El Vraem es el último escenario activo del sanguinario conflicto armado interno (1980-2000) desatado en Perú por el grupo maoísta Sendero Luminoso y el marxista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que causó unos 69.000 muertos, según el informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).

Desde fines de la década de 1990, cuando toda la cúpula de Sendero Luminoso fue capturada, los hermanos Quispe Palomino se hicieron con la organización en esa zona.

Sin embargo, el fundador de Sendero, Abimael Guzmán, que cumple cadena perpetua en una base naval, no los reconoce como tales y ellos no siguen órdenes del apodado Presidente Gonzalo.

No obstante, antes de la captura de Guzmán en 1992, los dos hermanos participaron en varios actos criminales de Sendero en su sanguinaria cruzada por imitar la guerra popular de China e instalar en Perú un régimen maoísta. (I)