miércoles, 29 de junio de 2022

Guillermo Lasso RENUNCIA: ¡FUERA TODOS!



Guillermo Lasso RENUNCIA: ¡FUERA TODOS!

Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia

El cometer errores es inevitable, quieras o no te pasa. Todo el mundo comete errores. Lo detestable es insistir en ello y echarles la culpa a los otros.

Muchas noches en vela me ha costado dirigir esta misiva a la interpretación pública, tomó muy en serio el ser honesto y existe el peligro de que lo encasille como un fracasado, es decir un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia

Los antecedentes son un dicho muy popular y la primera mentira emotiva. El neologismo que implica la distorsión deliberada de una realidad en la que priman las emociones y las creencias personales frente a los hechos objetivos.

Basado, en mi opinión, lo que fue la idea que propagó Julio César para lograr repudiar a su mujer Pompeya.

La he escogido por haber trascendido esa popular argumentación por tantos siglos de los siglos, que es evidente que se emplearía en el futuro para desorientar al enemigo o al rival político.

Sin embargo, esa famosa frase atribuida a César, y la “idea” que encierra recogida entre otros por Plutarco y Cicerón, resulta una joya de la ‘realidad’ manipulada, de la falsedad vestida de verdad que tanto gusta estos tiempos.

El lema tan usado desde entonces para primar la honestidad surgió tras un escándalo en las fiestas de la Buena Diosa.

Hacia el año 63 a. C., Julio César fue elegido Pontífice Máximo, lo que permitía a él y su familia residir en la Domus Publica, en plena Vía Sacra. Residencia donde cada año se celebraba la fiesta femenina, solamente acudían mujeres, de la Bona Dea (Buena Diosa). Pompeya, la mujer de César, era la anfitriona y no pudo evitar que se le colase un joven patricio disfrazado de mujer, con la pretensión, según las posteriores malas lenguas, de seducir a la esposa de César. 

Clodio Pulcro, que así se llamaba el osado seductor, fue descubierto y acusado de profanación religiosa. Julio César no presentó ningún cargo contra él en referencia a la posible infidelidad que se atribuía a Pompeya.

Empero, el incidente debidamente propagado como bulo, le sirvió para divorciarse de Pompeya. Su argumento, su verdad: “Mi esposa debe estar por encima de toda sospecha”; derivado luego al plan retórico de Cicerón: “La esposa del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo”.

Y equivocarme es causar un daño que le gusta a nadie.

El señalizar un informe con datos claros, con tasas de conversión de productos “estrella” cuando nuestro diseño “estrella” ha mentido y se ha negado a cumplir como debería, cuando nos hemos gastado miles por un cambio que el mandante lo consideró vital a todas luces que usted juró cumplir, resultó ser exclusivamente para llegar inmediatamente aplicando lo contrario, cuando insistimos en una orden de trabajo impecable y al cambiar su la versión “estrella”, sobre todo viniendo de un seguidor del afamado grupo del Opus Dei, resultó ser una opción de engaño publicitario.

Cuando nuestras estrellas son más bien “estrelladas” parece que se cae el mundo encima, nos sentimos en parte culpables por haber respaldado el cambio, el producto, el diseño y ser estúpidamente crédulos muchos.

Nos sentimos afectados por otro incapaz que para este puesto -para el que dijo haberse preparado por más de diez años- al que a todas luces carecía de la capacidad de administrarlo y que volvió una mala obra de trato por los desconocidos directores de escena que le enseñaron y destinados cada uno más que el anterior, a someter su débil ego para que atormente a los mandantes y que concuerda plenamente con su rara forma de cumplir necia y voluntariosa de un bebe mal criado.

Impactante para peor, sin un asomo de su supuesta capacidad de negociar a favor del ciudadano por demás golpeado.

Actuar, es muy difícil y se nota rápido que volando y creyendo que es su “amigo” el que lo ha usado para su particular finalidad de encubrir sus robos y los de su empresa de esclavos.

único apego al diseño que hay que permitir es el del cliente con nuestro site. Si no funciona, hay que volver al anterior, por muy feo y anticuado que fuera.

Nos hemos gastado un dineral y ahora no funciona. ¿Cómo vamos a invertir en dar marcha atrás? Algo hay que hacer, el seguir negándolo nos hará perder más tiempo y dinero.

Es difícil admitir un error cuando ha supuesto una apuesta personal. Hay que intentar verlo como un aprendizaje. Es cierto que nadie aprende de los éxitos, sino de los errores.

Guillermo Lasso usted ha fracasado en este cargo e igualmente los demás que forman los demás estamentos del Estado.

Entregue responsablemente el cargo a un colectivo Cívico-Militar formado por personas idóneas que hayan estado lejos del contagio político y con la meta exclusiva de servir al Ecuador, bello por sus paisajes y por la infinidad tan variada publicultural y publinacional. Renuncie inmediatamente y salga por dónde usted entró, por supuesto usted puede escoger eso o salir metido entre las patas de los caballos.