Guillermo
Lasso RENUNCIA: ¡FUERA TODOS!
Un fracasado es un hombre
que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia
El cometer errores
es inevitable, quieras o no te pasa. Todo el mundo comete errores. Lo detestable
es insistir en ello y echarles la culpa a los otros.
Muchas noches en
vela me ha costado dirigir esta misiva a la interpretación pública, tomó muy en
serio el ser honesto y existe el peligro de que lo encasille como un fracasado,
es decir un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de
convertirlo en experiencia
Los antecedentes son
un dicho muy popular y la primera mentira emotiva. El neologismo que
implica la distorsión deliberada de una realidad en la que priman las emociones
y las creencias personales frente a los hechos objetivos.
Basado, en mi
opinión, lo que fue la idea que propagó Julio César para lograr
repudiar a su mujer Pompeya.
La he escogido por
haber trascendido esa popular argumentación por tantos siglos de los siglos, que
es evidente que se emplearía en el futuro para desorientar al enemigo o al
rival político.
Sin embargo, esa
famosa frase atribuida a César, y la “idea” que encierra recogida entre otros
por Plutarco y Cicerón, resulta una joya de la
‘realidad’ manipulada, de la falsedad vestida de verdad que tanto gusta estos
tiempos.
El lema tan usado
desde entonces para primar la honestidad surgió tras un escándalo en las
fiestas de la Buena Diosa.
Hacia el año 63 a.
C., Julio César fue
elegido Pontífice Máximo, lo que permitía a él y su familia residir
en la Domus Publica, en plena Vía Sacra. Residencia donde cada año
se celebraba la fiesta femenina, solamente acudían mujeres, de la Bona
Dea (Buena Diosa). Pompeya, la mujer de César, era la
anfitriona y no pudo evitar que se le colase un joven patricio disfrazado de
mujer, con la pretensión, según las posteriores malas lenguas, de seducir a la
esposa de César.
Clodio Pulcro, que así se llamaba el osado
seductor, fue descubierto y acusado de profanación religiosa. Julio
César no presentó ningún cargo contra él en referencia a la posible
infidelidad que se atribuía a Pompeya.
Empero, el
incidente debidamente propagado como bulo, le sirvió para divorciarse de
Pompeya. Su argumento, su verdad: “Mi esposa debe estar por encima de
toda sospecha”; derivado luego al plan retórico de Cicerón: “La
esposa del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo”.
Y equivocarme es causar
un daño que le gusta a nadie.
El señalizar un
informe con datos claros, con tasas de conversión de productos “estrella” cuando
nuestro diseño “estrella” ha mentido y se ha negado a cumplir como debería,
cuando nos hemos gastado miles por un cambio que el mandante lo consideró vital
a todas luces que usted juró cumplir, resultó ser exclusivamente para llegar inmediatamente
aplicando lo contrario, cuando insistimos en una orden de trabajo impecable y
al cambiar su la versión “estrella”, sobre todo viniendo de un seguidor del
afamado grupo del Opus Dei, resultó ser una opción de engaño publicitario.
Cuando nuestras
estrellas son más bien “estrelladas” parece que se cae el mundo encima, nos
sentimos en parte culpables por haber respaldado el cambio, el producto, el
diseño y ser estúpidamente crédulos muchos.
Nos sentimos afectados
por otro incapaz que para este puesto -para el que dijo haberse preparado por
más de diez años- al que a todas luces carecía de la capacidad de administrarlo
y que volvió una mala obra de trato por los desconocidos directores de escena
que le enseñaron y destinados cada uno más que el anterior, a someter su débil ego
para que atormente a los mandantes y que concuerda plenamente con su rara forma
de cumplir necia y voluntariosa de un bebe mal criado.
Impactante para
peor, sin un asomo de su supuesta capacidad de negociar a favor del ciudadano
por demás golpeado.
Actuar, es muy difícil
y se nota rápido que volando y creyendo que es su “amigo” el que lo ha usado
para su particular finalidad de encubrir sus robos y los de su empresa de
esclavos.
único apego al
diseño que hay que permitir es el del cliente con nuestro site. Si no funciona,
hay que volver al anterior, por muy feo y anticuado que fuera.
Nos hemos gastado
un dineral y ahora no funciona. ¿Cómo vamos a invertir en dar marcha atrás?
Algo hay que hacer, el seguir negándolo nos hará perder más tiempo y dinero.
Es difícil admitir
un error cuando ha supuesto una apuesta personal. Hay que intentar verlo como
un aprendizaje. Es cierto que nadie aprende de los éxitos, sino de los errores.
Guillermo Lasso usted ha fracasado en este cargo e igualmente
los demás que forman los demás estamentos del Estado.
Entregue
responsablemente el cargo a un colectivo Cívico-Militar formado por personas
idóneas que hayan estado lejos del contagio político y con la meta exclusiva de
servir al Ecuador, bello por sus paisajes y por la infinidad tan variada publicultural
y publinacional. Renuncie inmediatamente y salga por dónde usted entró, por
supuesto usted puede escoger eso o salir metido entre las patas de los caballos.