Guayaquileños y artistas foráneos disfrutaron del Bongo Soda
Armando Kronfle fue el propietario de este local de comidas que funcionó desde 1951 hasta 1969 en la avenida 9 de Octubre. Al sitio acudieron personajes como Cantinflas o Sara Montiel.
Hay sitios en el Guayaquil del siglo pasado que marcaron épocas. Uno de ellos fue el Bongo Soda, que funcionó entre 1951 y 1969 en la avenida 9 de Octubre entre Chimborazo y Chile. Su propietario, el empresario Armando Kronfle, rememoró esos años en que al lugar acudían escritores, actores, políticos locales e incluso celebridades internacionales.
Con 84 años y recuperándose del COVID-19 que lo afectó en marzo, Kronfle indicó que el Bongo Soda era muy concurrido por tener una temática diferente al resto de bares o restaurantes de la época.
“El Guayaquil de los años 50 era bello, era romántico. El Bongo era sitio obligado de los chicos y chicas de la ciudad en ese tiempo”, refirió Kronfle.
En 1949, su hermano Edmundo abrió un local en 9 de Octubre y Córdova, que fue el primer Bongo Soda que existió. El sitio funcionó allí poco más de un año, pues tumbaron el edificio, que era de sombreros Valle, recordó el empresario.
Dos años después abrieron el nuevo local en 9 de Octubre entre Chimborazo y Chile. “La palabra 'bongo', nosotros mismo la inventamos para causar un poco de risa, porque en el alfabeto árabe no existe la p y mi papá (de nacionalidad siria) le preguntaba a otro paisano: “¿Cómo le bongo (pongo) al bar?, y él le respondió riendo: “Póngale bongo”, manifestó entre risas Armando Kronfle.
¿Por qué era tan famoso el Bongo Soda en Guayaquil? El empresario explicó que por innovar en varios aspectos y replicar las soda fountain que funcionaban en Estados Unidos desde años anteriores.
“De jovencito mi mamá me llevó a Virginia, porque ahí había nacido mi abuela, y vi cosas nuevas que no existían en Guayaquil, por ejemplo, la banana split, el sundae, milkshake, ice cream soda. Me impresionó bastante y yo iba a todas esas heladerías. Fui uno de los primeros que hice esos cambios en Guayaquil, porque el Bongo no era cafetería, no era restaurante, era una fuente de soda”, manifestó Kronfle.
En el local ofrecía 17 tipos de helados, hamburguesas, hot dogs e incluso cebiches. “Además, el servicio era excelente, tenía otro concepto. Tenía espejos de lado y lado que hasta servía para coquetear entre chicos y chicas, se hacían señas, se mandaban besos volados. En esa época Guayaquil era muy culto”, dijo Kronfle.
En una rocola, por 1 sucre, un comensal podía acceder a dos canciones. Sonaban temas de Lucho Gatica, Elvis Presley, entre otros, que amenizaban las tardes porteñas.
Políticos como León Febres-Cordero o Abdón Calderón Muñoz frecuentaban el lugar.
Pero también acudían, en sus visitas a la ciudad, famosos actores internacionales. “Cantinflas estuvo aquí, yo incluso lo llevé en mi carro; Angélica María pasó como un mes y le tuve que comprar una peluca y gafas porque venía siempre, le encantaba comer cebiches de camarón y corvina”, recordó.
Incluso en el sitio se grabó una escena de la película En la mitad del mundo, en la que actuaron el actor mexicano Andrés Soler y el ecuatoriano Ernesto Albán Mosquera. “En esa escena, Albán le está vendiendo un billete de lotería a mi primo Henry (Kronfle) que era poeta. Ahí usted ve cómo era el local”, explicó el empresario.
Otros artistas internacionales que visitaron el local fueron Sara Montiel y Rita Macedo.
En el sitio se formaron varias “galladas” que frecuentaban el lugar. “De la primera éramos unos 50 amigos, pero la mayoría han fallecido, ahora somos casi 15”, dijo Kronfle.
La segunda gallada se denominó Cóndor Bongos, eran casi 100 personas que se reunían. Hace pocos meses, ellos colocaron una placa en 9 de Octubre entre Chimborazo y Chile, en homenaje al sitio.
Luego de ocho años de funcionamiento, el lugar cerró en 1959. “Yo me cansé, empezó a cambiar el ambiente, los jóvenes que paraban ahí ya no iban”, manifestó Kronfle.
En 1998 se animó a reactivar el sitio y lo volvió a abrir con la misma temática, a pocos metros del local donde funcionaba a mediados del siglo XX.
“Pero los dos primeros días no vendí nada. Las personas solo me preguntaban por almuerzos, así que al tercer día empecé a vender almuerzos. Y la gente compraba”, expresó.
Los trabajos de regeneración en las calles hicieron que el sitio baje drásticamente sus ventas, y en el año 2004 lo cerró definitivamente.
Kronfle también es declamador y labora en una empresa en el barrio del Astillero. Hace pocos meses estuvo en estado grave con síntomas de COVID-19. Se salvó y agradeció a Dios por eso. Le escribió una sonata a Jesús por su vida.
“Los médicos me dicen que soy muy fuerte. A mi edad he superado este virus que se ha llevado a grandes amigos”, comentó Kronfle, quien escribirá un libro contandoCOMUNIDAD
Guayaquileños y artistas foráneos disfrutaron del Bongo Soda
Armando Kronfle fue el propietario de este local de comidas que funcionó desde 1951 hasta 1969 en la avenida 9 de Octubre. Al sitio acudieron personajes como Cantinflas o Sara Montiel.
Hay sitios en el Guayaquil del siglo pasado que marcaron épocas. Uno de ellos fue el Bongo Soda, que funcionó entre 1951 y 1969 en la avenida 9 de Octubre entre Chimborazo y Chile. Su propietario, el empresario Armando Kronfle, rememoró esos años en que al lugar acudían escritores, actores, políticos locales e incluso celebridades internacionales.
Con 84 años y recuperándose del COVID-19 que lo afectó en marzo, Kronfle indicó que el Bongo Soda era muy concurrido por tener una temática diferente al resto de bares o restaurantes de la época.
“El Guayaquil de los años 50 era bello, era romántico. El Bongo era sitio obligado de los chicos y chicas de la ciudad en ese tiempo”, refirió Kronfle.
En 1949, su hermano Edmundo abrió un local en 9 de Octubre y Córdova, que fue el primer Bongo Soda que existió. El sitio funcionó allí poco más de un año, pues tumbaron el edificio, que era de sombreros Valle, recordó el empresario.
Dos años después abrieron el nuevo local en 9 de Octubre entre Chimborazo y Chile. “La palabra 'bongo', nosotros mismo la inventamos para causar un poco de risa, porque en el alfabeto árabe no existe la p y mi papá (de nacionalidad siria) le preguntaba a otro paisano: “¿Cómo le bongo (pongo) al bar?, y él le respondió riendo: “Póngale bongo”, manifestó entre risas Armando Kronfle.
¿Por qué era tan famoso el Bongo Soda en Guayaquil? El empresario explicó que por innovar en varios aspectos y replicar las soda fountain que funcionaban en Estados Unidos desde años anteriores.
“De jovencito mi mamá me llevó a Virginia, porque ahí había nacido mi abuela, y vi cosas nuevas que no existían en Guayaquil, por ejemplo, la banana split, el sundae, milkshake, ice cream soda. Me impresionó bastante y yo iba a todas esas heladerías. Fui uno de los primeros que hice esos cambios en Guayaquil, porque el Bongo no era cafetería, no era restaurante, era una fuente de soda”, manifestó Kronfle.
En el local ofrecía 17 tipos de helados, hamburguesas, hot dogs e incluso cebiches. “Además, el servicio era excelente, tenía otro concepto. Tenía espejos de lado y lado que hasta servía para coquetear entre chicos y chicas, se hacían señas, se mandaban besos volados. En esa época Guayaquil era muy culto”, dijo Kronfle.
En una rocola, por 1 sucre, un comensal podía acceder a dos canciones. Sonaban temas de Lucho Gatica, Elvis Presley, entre otros, que amenizaban las tardes porteñas.
Políticos como León Febres-Cordero o Abdón Calderón Muñoz frecuentaban el lugar.
Pero también acudían, en sus visitas a la ciudad, famosos actores internacionales. “Cantinflas estuvo aquí, yo incluso lo llevé en mi carro; Angélica María pasó como un mes y le tuve que comprar una peluca y gafas porque venía siempre, le encantaba comer cebiches de camarón y corvina”, recordó.
Incluso en el sitio se grabó una escena de la película En la mitad del mundo, en la que actuaron el actor mexicano Andrés Soler y el ecuatoriano Ernesto Albán Mosquera. “En esa escena, Albán le está vendiendo un billete de lotería a mi primo Henry (Kronfle) que era poeta. Ahí usted ve cómo era el local”, explicó el empresario.
Otros artistas internacionales que visitaron el local fueron Sara Montiel y Rita Macedo.
En el sitio se formaron varias “galladas” que frecuentaban el lugar. “De la primera éramos unos 50 amigos, pero la mayoría han fallecido, ahora somos casi 15”, dijo Kronfle.
La segunda gallada se denominó Cóndor Bongos, eran casi 100 personas que se reunían. Hace pocos meses, ellos colocaron una placa en 9 de Octubre entre Chimborazo y Chile, en homenaje al sitio.
Luego de ocho años de funcionamiento, el lugar cerró en 1959. “Yo me cansé, empezó a cambiar el ambiente, los jóvenes que paraban ahí ya no iban”, manifestó Kronfle.
En 1998 se animó a reactivar el sitio y lo volvió a abrir con la misma temática, a pocos metros del local donde funcionaba a mediados del siglo XX.
“Pero los dos primeros días no vendí nada. Las personas solo me preguntaban por almuerzos, así que al tercer día empecé a vender almuerzos. Y la gente compraba”, expresó.
Los trabajos de regeneración en las calles hicieron que el sitio baje drásticamente sus ventas, y en el año 2004 lo cerró definitivamente.
Kronfle también es declamador y labora en una empresa en el barrio del Astillero. Hace pocos meses estuvo en estado grave con síntomas de COVID-19. Se salvó y agradeció a Dios por eso. Le escribió una sonata a Jesús por su vida.
“Los médicos me dicen que soy muy fuerte. A mi edad he superado este virus que se ha llevado a grandes amigos”, comentó Kronfle, quien escribirá un libro contando lo que vivió durante su lucha contra el coronavirus. (I) lo que vivió durante su lucha contra el coronavirus. (I)