El control de precios e imponer tributos es un mecanismo por el cual la autoridad gubernamental impone valores determinados para los precios de bienes o servicios, con la ilusoria finalidad de mantener esos bienes y servicios para los consumidores y evitar incrementos de precio durante periodos de escasez, es peor que un subsidio.
Para algunos, implementar mecanismos de control en una
economía es justificado en bien de la población en general. El agudo
desabastecimiento y la necesidad de cambiar medios así lo
demuestra.
Al mantener los precios artificialmente bajos, la demanda se
incrementa y el productor o servidor se retira, hasta un punto en el cual la
oferta no puede satisfacerse, dando lugar a escasez de los productos cuyo
precio se controla.
Las políticas del Gobierno basadas en controles de cualquier naturaleza
de libertad económica y derecho de propiedad han generado graves distorsiones
en los patrones de producción y consumo.
Como se ha podido observar, la inflación que debió de haber
sido temporal toma fuerza.
El desequilibrio de los mercados somete a intensas presiones
sobre los precios de los bienes, especialmente los mal llamados de primera
necesidad.
Productos de altas demandas, como alimentos y bebidas,
productos de higiene, vestidos, medicina, estudio, etc. Hacen que esos productos sean
desviados para ser revendidos al mercado informal, con precios muy por encima
de lo fijado.
Se desestimula la importación o producción del producto,
disminuyendo la oferta y aumentando la demanda de los productos regulados, la
única forma para mantener estabilidad en los precios es expandir
significativamente la oferta agregada de bienes y servicios mediante una
constante eficiencia del mejor rendimiento y sus procesos.
Eso significa más colas de consumidores y mayor precio en el
mercado informal. El problema no sólo se mantendrá, sino que se perderá la
costumbre de su uso, y la cadena de producción se inclinará en otra dirección.
La aplicación de un control de precios demuestra un desconocimiento
del mercado e incapacidad de preparase para el futuro, llegando aceleradamente las
inevitables pérdidas que impulsan la desinversión y por ende la falta de
oportunidad.
Casi todos los países han superado exitosamente los controles
de precios y cuentan en la actualidad con pleno abastecimiento.
Para el buen desarrollo económico es necesario tener visión y
plena movilidad de factores que generen la confianza de los agentes económicos
en abastecer el mercado que será siempre cambiante y pasará de un control
punitivo del Estado al único válido de facilitador para todos los actores y que
impacte positivamente en la confianza de los inversionistas.
La aplicación
indiscriminada de controles de precios como política antiinflacionaria, no solo
constituye una supina ignorancia de los factores que la producen, sino
introducen más distorsiones a la economía nacional.
Por la antes dicha
razón hoy estamos perdiendo mercados para nuestros productos y en especial por
la patente de corso que se auto conceden los políticos sin capacidad y que
además se cierran a los consejos.
Un año es muy poco tiempo si se relaciona con el tiempo de vida de una persona y demasiado largo para un buen explorador visionario.