martes, 5 de abril de 2022




La mentira política se ha dado en todas las épocas y desde hace miles de años se reglaron y codificaron las reglas y la técnica de lo que antes se denominaba “demagogia” y hoy se interpreta como “publicidad”.

Basta con repasar el término, que se ha convertido en uno de los más usados en la vida política en los últimos años, tanto que incluso se ha desvirtuado.

 

¿Qué se entiende por noticias falsas? Según los documentos de trabajo del Parlamento Europeo, son las noticias que recogen historias deliberadamente fabricadas (desinformación y engaños) que se presentan como periodismo con el objetivo de manipular a los lectores, un fenómeno que forma parte de una tendencia descripta como “posverdad

 

Tan aconsejado por el “Príncipe” de Macchiavello y comprobado por el infame Goebbels.  

 

Se ha determinado la preferencia por el uso de la palabra desinformación frente al de mentiras, y abarca “toda forma de información falsa, imprecisa o engañosa diseñada, presentada y promocionada públicamente para infligir un daño público y sacar un beneficio”.

 

La mentira pasa de ser un hecho o un estado y se convierte en un acto intencional, mentir el mentiroso sabe, en conciencia, en conciencia explícita, que constituye aserciones completa o parcialmente falsas y sin duda cae al nivel más bajo que ostentan quienes son amorales. Todos sentimos que es una traición terrible y obliga a soportar el Síndrome de Pinocho y cuando convertimos en un hábito la mentira y es la única manera de relacionarse con los demás, estamos frente al Síndrome de Pinocho o Mitomanía.

Tales actos intencionales están destinados a perjudicar al otro, a un otro o a otros, para traicionar, para hacerles creer algo que siendo falso es lo que espera.

La mentira tiene una historia, entonces está zambullido en un devenir que siempre amenaza restringido a la autoridad y el valor de ese proceder o de ese momento histórico es muy alto e irreparable: hoy lo tapan denominándola “desgaste por el poder” ¡Tremenda ficción!

Entonces es ahí cuando la mentira instalada se convierte en un sustituto completo de la verdad.

Y ese sucedáneo, en virtud de las técnicas modernas y de los medios de comunicación masiva, es, por supuesto, mucho más patente de lo que fue jamás el original.

Ahora la imagen-sustituto ya no remite más a un original, ni siquiera a un original representado ventajosamente, sino que lo reemplaza ventajosamente pasando del estatus de representante al de reemplazante, el proceso de la mentira moderna ya no sería la disimulación que enmascara la verdad sino la destrucción de la realidad o del archivo original. Siempre aconsejo leer el libro sumamente fascinante de George Orwell “1984”.

Es lo más preocupante y lo estamos viviendo hoy, cuando no se reivindican a los dañados por la mentira, cuando se los encubre y se tolera mantener el engaño y aún más, beneficiarse con eso.

 

La mentira, es un arma de gran poder, y, sobre todo, el arma del más débil lleva al autoengaño y termina debilitando a quien lo promueve y a quien o quienes la mantienen.

La responsabilidad ética, jurídica o política, si es que la hay, consiste en decidir la orientación estratégica que se dará a esta problemática que sigue siendo una problemática interpretativa y activa, en todo caso Inherente, porque claramente.

 

Es una problemática del testimonio: porque se engaña intencionalmente a otro, en conciencia, sabiendo que es lo que se oculta deliberadamente.

 

El momento actual de noticias falsas que han llevado al montaje de la guerra jurídica demanda poner límite a este tablado.

 

LAMENTO QUE EL COMPROMISO ASUMIDO POR el presidente Lasso en su discurso de inicio de mandato NO HAYA TENIDO REFLEJO EN DECISIONES INSTITUCIONALES CONCRETAS.





 

Sin haber cumplido NINGUNA decisión institucional que revierta la mentira y la persecución.

 

Se pone en EVIDENCIA que en el proceso de construcción del mitómano existen muchos dirigentes políticos OFICIALISTAS, lo que se ve con solo repasar archivos, de entrevistas, de libros, de manifestaciones públicas.

La única forma de parar esta toma y daca, entre rabos de paja, tiene que cortarse de raíz y toda yerba mala que intente nacer igualmente acabarla antes de que se vuelva una amenaza.